ermita de san sebastián

El edificio tiene planta de tres naves, separadas por arcos apuntados sobre pilares, con los ángulos achaflanados y sin impostas, y capilla mayor separada por arco toral de medio punto, con su línea doble de imposta. Las naves laterales forman capillas o ámbitos separados por arcos escarzanos o rebajados. En la cabecera del lado del evangelio se sitúa la sacristía, mientras que la del lado de la epístola se amplió con la construcción de una capilla, dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación. La nave principal se cubre con armadura de par y nudillo, con tirantes y ladrillos por tablas; las laterales son de colgadizo, y también tienen ladrillos por tablas. La cabecera se cubre con armadura de madera a cuatro aguas. En cambio, la capilla situada en la cabecera del lado de la epístola se cubre con bóveda de media naranja.
Al exterior, destaca la simplicidad y pureza de líneas, con la blancura de sus paramentos. Llama la atención la carencia de cornisa y el pequeño vuelo de las canales. El edificio queda inscrito en un rectángulo, del que sobresale ligeramente la capilla de la Encarnación. La portada, en ladrillo tallado, está situada a los pies de la nave central, y resalta sobre el muro. Sobre un pequeño basamento, se forma el grueso de la portada, interrumpida por pilastras de sección triangular. Tras la imposta, continúa un arco conopial, remarcado por un baquetón en el arco y en la pilastra. Todo ello se remata con la cornisa, similar a la imposta. El frontis queda rematado por una sencilla espadaña de un solo vano, en arco de medio punto y cubierta a dos aguas de acusada pendiente.
Datos Históricos
Como en tanto lugares, también en Ayamonte se levantó una ermita al mártir San Sebastián como protección contra los contagios de la peste. En Ayamonte se ubicó en la parte alta de la Villa, al final de la calle que recibió el nombre del santo. En dicho lugar se ubicaba una enfermería dedicada a los apestados. Según la documentación referida por María Luisa Díaz Santos, la fundación de la ermita se debe a la iniciativa de Gaspar Lorenzo, piloto de Indias, y su construcción fue realizada en 1590 por el maestro alarife Pedro Núñez. Sin embargo, no puede descartarse la existencia de otra ermita anterior, o incluso que la obra promovida por Gaspar Lorenzo fuera una ampliación de la misma, pues ya consta su existencia en 1564, en el testamento de Lorenzo Yanes Maestre. La ermita había sufrido notable abandono en la primera mitad del siglo XIX, y tras sucesivos arreglos, quedó sin culto desde 1948. Finalmente, el edificio fue cedido por el Obispado al Ayuntamiento para usos culturales, en virtud de un convenio fechado el 19 de julio de 1996.
Fuente: Junta de Andalucía. IAPH