templo de la merced

La iglesia y antiguo convento de Nuestra Señora de la Merced, en Ayamonte (Huelva), se encuentra ubicada en la zona denominada La Ribera, convirtiéndose en poco tiempo en el centro económico de la ciudad.
En el exterior, a los pies del templo, en el lado de la Epístola, se adosa la torre. En la parte inferior aparecen dos pequeños huecos cuadrangulares que iluminan el interior, que quedan enrasados con la línea de la fachada principal de la iglesia. Sobre una primera cornisa aparecen canecillos que, a modo de ménsulas con volutas, dan paso a una segunda moldura accediendo al segundo cuerpo, ornamentado con elementos salientes y dispuestos como chatas pilastras dobladas en las esquinas y rematadas con una cornisa con mayor movimiento que las inferiores. A continuación está el cuerpo de campanas, con vanos de medio punto flanqueados por pilastras rematadas con volutas jónicas y entablamento superior, que cuenta con una sobresaliente cornisa. El cuerpo superior elevado a modo de tambor presenta forma octogonal, rematándose por un chapitel de forma bulbosa revestida de azulejo cobrizo y una cruz. En el interior, el acceso a la torre se realiza mediante una escalera de caracol de madera, compuesta de dos tramos rectos cubiertos por una montera.
La fachada principal es de gran sencillez y está dividida en tres cuerpos, el primero formado por la portada adintelada cuyas jambas se componen mediante dos pilastras muy sencillas de orden dórico sobre las que se sitúa un entablamento decorado con triglifos y metopas, encontrándose sobre todo el conjunto una cornisa de remate soportada por canecillos, sobre la que se sitúa un escudo enmarcado de la orden de la mercedaria en el centro y flanqueada por dos remates a modo de moldura en los extremos esta portada está coronada por dos remates a modo de moldura en los extremos. El segundo cuerpo presenta un vano adintelado flanqueado por sencillas pilastras con capiteles jónicos con volutas sobre el que se sitúa una moldura curva a modo de arco rebajado, que corona la ventana, así como la moldura a modo de clave existente bajo la misma. A continuación una sencilla moldura enmarca el hastial superior, resaltando su forma triangular que cuenta con un pequeño vano cuadrangular.
La iglesia del antiguo convento es de planta de cruz latina con los brazos del crucero poco salientes, compuesta por cinco tramos con arcos fajones resaltados, utilizando pilares de planta rectangular, a los cuales se le adosan medias pilastras a las caras que miran a la nave principal y cubierta por bóveda de cañón con lunetos, que ocultan la armadura de madera. En el lado del Evangelio se abren capillas y en la nave de la Epístola, a modo de deambulatorio, aparece una estrecha nave de muy poca profundidad y de menor altura que la nave principal. Entre las cubiertas y las bóvedas interiores del templo se encuentran armaduras de madera, espacio al que se accede a través de la escalera de acceso a la torre. La cubrición en la nave principal se realiza a dos aguas y de pabellón en la zona del crucero, cubriéndose mediante tablas y teja árabe.
El crucero presenta un gran espacio cuadrado central formado por cuatro arcos torales de medio punto y cubierto mediante cúpula de media naranja, que descansa sobre pechinas, elevada sobre cuidada cornisa con canecillos, motivos arquitectónicos consistentes en ocho pares de pilastras pintadas imitando el mármol rojo que convergen en un florón central y que están flanqueadas por óculos con barroquizantes marcos, motivos florales y geométricos abigarradamente compuestos, donde se encuentran representados cuatro santos mercedarios: San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato, San Raimundo de Peñafort y San Pedro Pascual, siendo obras efectuadas por Diego de Sousa e Sarre en 1746. En el primer tramo del lado del Evangelio se encuentra el coro en la parte superior y en la parte baja la entrada principal a cuyos lados del cancel aparecen los óculos que iluminan esta zona y una pila bautismal a cada lado.
En el tercer tramo del lado del Evangelio, se encuentra una capilla de escasa profundidad, cubierta con una sección de bóveda de cañón, tratándose más bien de una capilla hornacina que abre a la nave mediante un arco de medio punto. En el cuarto tramo se encuentra una capilla un poco más profunda, de planta cuadrangular y cubierta con bóveda de aristas, solería de mármol blanco y negro y que presenta al fondo un arco de medio punto. Esta capilla es utilizada actualmente como almacén. En el quinto tramo se encuentra otra capilla de planta rectangular cubierta por dos bóvedas de aristas y formada en dos tramos, articulados mediante arcos fajones rebajados. Es en esta capilla donde reciben culto las imágenes titulares de la Real Hermandad de Jesús Cautivo, Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Rosario, ubicadas en un retablo de mármol de reciente factura.
En el lado de la Epístola aparece una nave que destaca por su estrechez, formada por cinco tramos y cubierta por pequeñas bóvedas de cañón rebajadas con lunetos.
A los pies de la iglesia se realiza el acceso al templo a través de un cancel de madera formado mediante casetones con decoración vegetal y motivos heráldicos mercedarios, y en la parte superior se encuentra el coro, que descansa sobre una bóveda de cañón rebajada con grandes lunetos que semejan una bóveda de arista rematada por un florón. El coro alto ocupa la superficie de todo el primer tramo y presenta una interesante balaustrada de madera con forma de estípites. En los pilares laterales que soportan el arco rebajado hay adosadas dos pilas de agua bendita, realizadas en terrazo.
En el exterior, junto al lado de la Epístola, se sitúa el claustro del antiguo convento, de planta cuadrada, formado por cuatro arcos de medio punto en cada lado y compuesto por columnas de orden toscano y ventanas cuadradas en el primer piso, alrededor del cual se articulan las distintas dependencias. La planta baja alberga la sede de la Agrupación de cofradías y hermandades de la ciudad de Ayamonte, con acceso doble desde la calle Jovellanos a la que se accede a un vestíbulo que conduce al claustro. La fachada que envuelve todos estos espacios presenta cuatro vanos en planta baja que se corresponden con otros cuatro en la planta superior, si bien es cierto que el aspecto que presentan hoy día es distinto en los vanos que lindan con la iglesia conventual.
En torno a dicho claustro se articulan las diversas dependencias. A la derecha hay un hueco con cancela que comunica las distintas salas que abren mediante grandes ventanales a la calle Jovellanos, destacando dos de ellas compuestas mediante arcos rebajados.
La planta alta del claustro contiene el museo de la Agrupación de cofradías y hermandades de la ciudad de Ayamonte, donde se observan dos tipos de cubiertas; una a dos aguas articuladas mediante estructura de vigas de madera y tirantes, y las otras adinteladas mediante la técnica de ladrillo por tabla. El acceso a la primera planta se realiza mediante una escalera de dos tramos, junto a la cual se sitúa la sala principal, que fue restaurada para adaptarla al nuevo uso. La fachada que recorre la calle Jovellanos, que linda con la trasera de las casas del siglo XIX, presenta gruesos muros indicando que pudiera tratarse del muro originario del cierre del convento, con vanos de grandes proporciones y rejas del siglo XVIII, como queda confirmado con el plano de 1756 trazado por el ingeniero militar Antonio Gaver.
Al exterior, en la confluencia de la calle Jovellanos con calle Huelva, se encuentra la parcela 05 que recibe actualmente el uso de biblioteca pública, que señalan como parte del antiguo convento. Otra parcela que conforma la delimitación del Bien es la número 08, que corresponde a la casa número 1 de la calle San Pedro, tratándose de un inmueble de dos plantas, siendo la correspondiente a su planta baja la que conserva restos del antiguo convento. En una de las salas, se conserva una bóveda de arcos diafragmáticos con lunetos, apareciendo en el resto de la misma planta otros elementos arquitectónicos de interés como algunos arcos pertenecientes al antiguo edificio.
Entre las diferentes restauraciones sufridas se encuentran las realizadas por los Padres Paules. La primera en 1917 y la segunda, tras la Guerra Civil en 1937. Posteriormente fue restaurada y rehabilitada en su interior a partir de 1971, con motivo de la instalación de la Hermandad de Jesús Cautivo, Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Rosario. Entre los años 1988 y 1989 se procedió a restaurar la torre y la escalera de acceso al campanario. Posteriormente en 1994 se ejecutaron obras de emergencia en el templo, sobre la galería ubicada en la estrecha nave lateral del templo, procediéndose a la sustitución del forjado de madera.
Datos Históricos
La iglesia y antiguo convento de Nuestra Señora de la Merced, en Ayamonte (Huelva), fue fundado en 1640 y es uno de los vestigios más importantes del establecimiento de la Orden mercedaria en el litoral onubense, constituyéndose como hito fundamental de la ciudad. El convento configuró durante siglos parte esencial de la trama urbana de Ayamonte, siendo buen ejemplo del proceso degenerativo en el que entraron este tipo de edificaciones tras la Desamortización, a causa de la inadecuada utilización de las mismas y del alto costo de su mantenimiento.
Desde su fundación en 1218, la Orden de la Merced tenía como fin la redención de cautivos, hecho que está relacionado con la expansión de esta Orden por las tierras litorales. En Huelva, hacia 1600, toda la costa estaba desprovista de fundaciones mercedarias. El establecimiento de la Orden de la Merced en Ayamonte surgió como prueba de la existencia de la piratería y como medida para combatir la acción corsaria que procedía del norte de África, siendo su labor la redención de cautivos apresados por los corsarios. Así resultó que la gran mayoría de las redenciones de cautivos, llevadas a cabo por los mercedarios a lo largo del siglo XVII, correspondió a marineros de la costa de Huelva y fundamentalmente a vecinos de Ayamonte. Así el momento de la fundación del convento mercedario se produce coincidiendo con el momento más grave de la tendencia de la cautividad.
La fecha de fundación del antiguo convento de la Merced de Ayamonte cobra mayor relevancia, ya que en estas fechas se produce el levantamiento de Portugal, situando a las villas onubenses en primeras filas de una guerra que se refleja en las exigencias de los sistemas de defensa en Ayamonte.
El templo posee un valor estético notable al estar bien compuesto en sus espacios y volúmenes. Destacan poderosamente su torre, las pinturas murales del crucero y el retablo mayor, prueba evidente de los intercambios culturales que han tenido lugar a lo largo de los siglos entre esta zona y Portugal. De autor desconocido, fue dorado en 1746 por el pintor portugués Diego de Sousa e Sarre, responsable también de las pinturas murales del crucero e iglesia. Igualmente valiosas son las dependencias anexas al templo que formaron parte del antiguo convento de la Merced. Actualmente el inmueble es sede canónica de la Real Hermandad de Jesús Cautivo, Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Rosario
Fuente: Junta de Andalucía. IAPH